Don Nicola Bux a Buenos Aires per la presentazione del suo libro
in spagnolo “Cómo ir a Misa y no perder la fe”.
Mª Virginia
Una
oportunidad más para conocernos con los lectores de Buenos Aires y ocasionales
visitantes, aprovechando la esperada visita de Mons. Nicola Bux en los próximos
días.
A
casi una década de la primera edición italiana, con la nueva edición castellana
de esta obra, queremos sumar nuestra preocupación ante los miles de fieles que
cada día más, ven peligrar su fe ante los abusos litúrgicos a un punto de
anarquía que ya “pasa los límites de lo tolerable”. Al respecto, es
significativa la siguiente observación: “Ritus sería una palabra
sánscrita para «orden», en latín se dice ordo (incluyendo peso, medida y proporción); el
desorden, se sabe, es de Satanás.” (p.43)
Por
eso, frente a la avalancha de graves problemas morales, sociales y políticos
que aquejan al mundo de hoy, no vacilamos en sostener que en la raíz de
todos ellos subyace la crisis religiosa en la Iglesia católica, y en su seno,
la crisis de la liturgia. Ésta se produce, en efecto, especialmente “a
partir de los años de la reforma litúrgica después del Concilio Vaticano II,
por un malentendido sentido de creatividad y de adaptación» (RS 30), que es
sobre todo desobediencia a Dios y ofensa hacia el pueblo cristiano.”
¿Con
qué fulgor entonces, podría alumbrar la Iglesia si su luz más potente está
titilante, y en cuyo seno mismo se enaltece la desobediencia y la autonomía, al
mejor modo de la soberbia protestante? Porque “si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
pisoteada por los hombres” (Mt.5,13).
Y
así andamos…
En
efecto, la misión de la Iglesia no es otra que alumbrar al mundo
santificándolo, y esto no se lleva a cabo sino especialmente, a través de la
liturgia, obra santa y santificante por antonomasia.
En
este contexto, no puede dejarnos indiferentes el que la obra más importante de
la Creación -el sacrificio redentor de Cristo-, que se renueva sobre todos los
altares del mundo en cada Misa, y que debería ser el alimento cotidiano de
nuestra fe -el Pan nuestro de cada día- haya llegado a ser, paradójicamente, la
piedra de tropiezo de tantos fieles, porque se ha desdibujado su sentido más
profundo, perdiéndose de vista el límite entre lo esencial y lo accidental,
entre lo sacro y lo profano. Esta obra pretende ser una guía para recuperar esos
benditos límites.
Las
observaciones oportunas sobre esta situación, se enriquecen en estas páginas
con referencias al marco histórico y litúrgico de las dos formas del Rito
romano -en ocasiones comparadas con el rito bizantino-, para ser capaces de
identificar los elementos esenciales de la Misa “sin perder la fe", en
medio de una gran confusión, debida al clima de improvisación y deletérea
“creatividad” que pone en el centro al hombre en vez de a Dios. Por ello, Mons.
Bux nos recuerda que “donde el grupo se celebra a sí mismo en
realidad celebra la nada, porque el grupo no es un motivo para celebrar”.
El
propósito de esta obra es ayudar a redescubrir el significado de la Misa,
abordando su origen y significado, dentro del sentido profundo de los ritos
conformados por gestos, signos y símbolos de la tradición católica, cuya
comprensión conduce a una experiencia más profunda de la fe celebrada y vivida,
aunque siendo conscientes de que
“El
misterio del sacrificio salvífico de Cristo ritualizado en la Misa no es algo
que la mente humana pueda realmente ‘comprender’, ni pueda ser explicado
multiplicando las palabras o haciéndolo visible con gestos ordinarios. Sólo la
sacralidad del gesto, la dignidad solemne del rito, la actitud del cuerpo en la
oración y el silencio, disponen al alma a abrirse al misterio y a
contemplarlo”.
El
volumen se cierra con un lúcido Apéndice de Vittorio
Messori sobre el problema de la homilía, señalando algunos
interesantes aspectos que se han descuidado a favor de un racionalismo
abstracto y deshumanizado, cada vez más alejado de la predicación evangélica,
que lejos de convertir, parecen suscitar en los oyentes cada día
más…somnolencia.
A
quienes desesperanzadamente, sugieran que el camino se nos presenta con grandes
cruces, respondemos con el autor lo que a nuestro juicio constituye una de las
claves de la genuina esperanza que nos alienta a seguir avanzando, sin prisa y
sin pausa:
“Los
cristianos deben estar preparados para el martirio por Jesús, y no hay mejor
manera de resistir que ir a Misa, el sacrificio del mártir por excelencia.”
Fonte: InfoCatólica, 1.10.2018. Cfr. XXI EFC. de Bs.As.: “La liturgia, fuente y expresión de la Fe -el padre de la Mentira lo sabe-“(5 al 7/10/2018), ivi, 17.9.2018
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